martes, 7 de julio de 2009

Pablo De Rokha, otra vez "Asesinado"


Fuente: El Morrocotudo / Miércoles 07 de Noviembre de 2007

Pablo De Rokha, otra vez "Asesinado"

Autor: José Martínez Fernández.

Televisión Nacional dice ser el Canal de todos los chilenos. Recientemente ese Canal realizó la selección de los 60 grandes chilenos de la historia, y para ello invitó a un grupo de intelectuales.

Entre los seleccionadores hay varios ganadores de Premios Nacionales durante los últimos 17 años. Los miembros del jurado también fueron 17. Hombres del mundo del arte: Gonzalo Díaz (artista plástico) y Fernando González (director teatral); hombres muy talentosos. Juan Pablo Cárdenas (periodista). Todos obtuvieron el Premio Nacional. Al igual que otras figuras bien elegidas, pero que tienen cierto "desapego" de lo que se llama héroe fundacional y "desapego" de lo que llamamos gran poeta.

Siendo los historiadores los que mejor pudieron resolver la historia, no lo hicieron. En representación de ellos estaban Sofía Correa, Cristián Gazmuri y Gabriel Salazar, entre otros.

Salazar también ganó el Premio Nacional de Historia, el mismo que se le ha negado a Luis Vitale, autor del ya clásico "Interpretación marxista de la historia de Chile". Aunque ambos lucharon contra Pinochet y fueron sus víctimas, hay una parte de nuestro Estado que no quiere a Vitale, especialmente por su libro "De Martí a Chiapas". Quien lea este libro lo entenderá. Lo malo es que encontrar libros de Luis Vitale no es tan fácil.

Salazar es Premio Nacional de Historia y, suelto de cuerpo, en una entrevista realizada hace unos meses, en la revista EL PERIODISTA, dijo que O'Higgins y Balmaceda, habían sido dictadores y asesinos y nombró a dos gobernantes más de la misma manera.

Pero no citó a Pedro Montt, el padre de la masacre de miles de obreros en la Santa María de Iquique; no citó a Carlos Ibáñez del Campo, autor de otras, incluyendo la desaparición de personas por ser homosexuales, hecho conocido durante mucho tiempo y que actualizó hace poco Pedro Lemebel.

Salazar no sólo obvió a esos dos, sino a todos aquellos que, habiendo sido gobernantes en períodos en que se produjeron matanzas, han tenido parientes en los últimos Gobiernos o que, desde el parlamento, han sido adeptos a ellos. Táctica clave la de él: "no quemarse" frente a un jurado que considera valioso ese silencio para otorgar los Premios Nacionales.

Todos los seleccionadores le dieron la mayor cantidad de votos a Andrés Bello, autor del Código que aún nos rige; en desmedro de O'Higgins, indudablemente el personaje más importante de nuestra historia. La mayoría, como ex-alumnos de la Universidad de Chile, votaron por el fundador de esa casa de Estudios. Importante el aporte de Bello; pero más importante es quien firmó el acta de Independencia luego de batallar en tantos lugares, y quien tuvo respeto por los aborígenes chilenos (mapuches) y el primero que expuso que los negros esclavos debían dejar de serlo. Y realizó una serie de otras obras. Y ese fue O'Higgins.

Sobre él pesa el que Pinochet haya osado comparársele. Dice al respecto Orlando Millas, ex ministro de Allende: "el empleo abusivo de un O'Higgins que el dictador trata de convertir en figura emblemática propia". Mientras en Chile la dictadura lo hacía "suyo", en el exilio le admiraban y defendían, aparte de Millas, Volodia Teiltemboim, Alejandro Witker, Andrés Pascal Allende y otros líderes de la izquierda chilena. En Chile era reconocida la admiración que Allende sentía por El Libertador. O'Higgins, además, atrajo la admiración de dos rivales poéticos: Neruda y De Rokha. Ambos le cantaron.

Como dice Joaquín Fermandois (Académico del Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile): "O'Higgins es el padre de la creación de la República, con un sólido mensaje".

Obviamente tampoco quedaron fuera de la lista: Lautaro, Ercilla, Balmaceda, Manuel Rodríguez, Arturo Prat, Aguirre Cerda, y varios más en el campo de la historia política y militar de Chile. Merecidamente.

En la historia del arte se hizo justicia con las presencias de Arrau, Violeta Parra, Roberto Matta, Rebeca Matte y otros.

En el campo de las letras, que es lo que más nos interesa, también se hizo justicia con la presencia (en narrativa) del enorme Manuel Rojas, pero se obvió -en acto de plena injusticia- el nombre Roberto Bolaño.

En poesía los nombres eran evidentes: Mistral, Neruda, Huidobro y los tres fueron considerados, pero aquí faltó el cuarto gran poeta. El bardo que cantó a las Bebidas y Comidas de Chile, que amó la patria como pocos, el que cantó las gestas de O'Higgins, Rodríguez, Balmaceda y Recabarren, entre otros héroes; el que cruzó la patria con sus libros en las manos. El que hablaba como los volcanes, con aquella voz que hacía temblar a muchos. Era, es, enorme. El poeta que amó a Chile y cantó a los pobres de Chile. Aquí faltó Pablo de Rokha.

Sí, el gran Pablo de Rokha.

Aquel que, sépalo Chile, está enterrado en un nicho envejecido de un conjunto de numerosos nichos muy envejecedidos. Allí los huesos de él junto a los de su amada Winétt. En un "nicho" en que apenas se lee su nombre y el de la dulce mujer que le acompañó siempre.

Pablo de Rokha, uno de los cuatro grandes de la poesía chilena, abandonado, tirado, solitario.

Ahora los jurados que eligieron a los 60 grandes de la historia de Chile por mandato de Televisión Nacional también lo abandonaron.

Cuando, en septiembre de 1968, Pablo de Rokha se quitó la vida, Carlos Droguett, entre lágrimas y rabia, dijo: "asesinaron a Pablo de Rokha".

Hoy podemos volver a decir que Pablo de Rokha ha vuelto a ser "asesinado".

Encontremos a este poeta-héroe que cantó a otros héroes en el único lugar que Chile le ha dado: un nicho envejecido, abandonado, solitario, como él mismo fue condenado a vivir. Está entrando por la puerta principal del Cementerio General. Allí hay dos enormes edificios de nichos, muy viejos. El poeta está en el edificio del lado derecho, al comienzo del mismo, en la parte baja. A veces hay flores, a veces sólo la soledad. La misma soledad del gran poeta.

Lo buscaba hacía años. Sólo sabía que estaba en el Cementerio General. Preguntaba por De Rokha o Carlos Díaz Loyola. Búsquedas inútiles.

Al fin, el año pasado, una persona -al parecer un cuidador- me dijo dónde estaba sepultado el gran Pablo de Rokha. Y me lo dijo con un sentimiento profundo. Con un respeto enorme. Aquel hombre del pueblo, seguramente, sí sabía que Pablo de Rokha había sido un cantor de los trabajadores. Y por eso su manera de decirlo y por eso su respeto y su sentimiento.


FUENTES:

"Carta magna del continente", Pablo de Rokha, Edit. Multitud, 1949.
"Fusiles de sangre", Pablo de Rokha, Edit. Multitud, 1950.
"Arte grande o ejercicio del realismo", Pablo de Rokha, Edit.Multiutud, 1953.
"Pablo de Rokha, guerrillero de la poesía", Mario Ferrero, Edic. Alerce, 1967.
"De O'Higgins a Allende", Orlando Millas, Libros del Meridión, sin fecha.




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